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Jesús Cochegrus, la empresa como videojuego

El ingeniero en sistemas y creador del exitoso juego móvil de Latinoamérica “Taco Master”, explicó de qué manera el diseño de videojuegos está ligado al ambiente de trabajo ideal.

Jesús Cochegrus, la empresa como videojuego

Por más de 15 años, Jesús Cochegrus Jaime se ha desempeñado en áreas relacionadas a la creatividad, la comunicación y el desarrollo de ideas a través de animación 3D, Multimedia y Videojuegos; desarrollando proyectos de impacto nacional e internacional para empresas como Nike, Coca-Cola, Continental Corporation, Cadbury Schweppes y SIEMENS, entre otras. Se trata de un conferencista internacional que actualmente está abocado a la consultoría en el área de creatividad y cultura organizacional. Para materializar su experiencia en el campo de la cultura organizacional, enumeró seis nodos de relación a tener en cuenta.

En 2010, Cochegrus se integra como Director de Kaxan Media Group, un equipo de más de 100 creativos enfocados al desarrollo de propiedad intelectual en áreas de animación y videojuegos. Durante su gestión, Kaxan se convirtió en la primera empresa mexicana en ser aceptada como Desarrollador Autorizado para Nintendo Wii, Xbox 360 y PlayStation 3. Así mismo, en esa etapa el equipo creó el exitoso juego móvil “Taco Master”, el cual rápidamente conquistó el número 1 en iTunes México y otros países de Latinoamérica; logrando posicionarse durante nueve semanas arriba de juegos como Angry Birds y Plants vs. Zombies.

Desde inicios del 2013, Jesús se enfoca principalmente a dar consultoría en áreas de creatividad e innovación, a través de analogías como “La Empresa como Videojuego”; ofreciendo pláticas y conferencias a empresas e instituciones que buscan pensar “fuera de la caja” y que están convencidas de que la clave del éxito radica en su propia gente. Jesús cree firmemente que las empresas más exitosas son aquellas que la gente disfruta, ya sean colaboradores, socios o clientes.

¿Cómo describirías el proceso de transformación de un ambiente de trabajo? ¿qué acciones concretas identificas?

La variable número uno que yo cito para transformar un ambiente es comenzar con el ambiente físico de una compañía. El ambiente físico tiene que inspirar, fomentar aquello que quieres transmitir. Si lo que buscas es creatividad, fomenta la creatividad. Si se trata de brindar servicios, se debe procurar que sea un ambiente donde se esté a gusto, que la gente esté contenta. Luego viene el ambiente espiritual, que trata sobre cómo nos tratamos en la compañía, cómo somos con nosotros mismos y qué tan enterado estamos sobre lo que quiere lograr la compañía. Esto sería la verdadera genética de una marca. La marca de una compañía es la persona que está en el frente de batalla, la que mira al cliente a los ojos, la historia que se escribe en el cliente después de pasar por tu empresa. Entonces, todos y cada uno de los que trabajan en la compañía tienen que estar conscientes de cómo pueden transformar la vida del cliente.

¿Dónde reside la capacidad de renovación que tiene una empresa que en la actualidad se maneja con estándares obsoletos?

Esto está en saber hacer una pausa. Hoy en día nos la pasamos corriendo de aquí para allá. Yo recomiendo hacer una pausa de dos días para salir a observar el mercado. Advertir qué está pasando, preguntarme qué estoy haciendo yo que ya no funciona y tener el valor de aceptarlo. Da mucho miedo tirar por la borda algo que ha funcionado los últimos quince o veinte años. Sin embargo, el mundo cambió y el mundo cambia. Yo recomiendo no preocuparse mucho por la competencia, preocúpate por el mercado. El mercado va a cambiar y ya no vas a ser atractivo y tú tienes que ser sexy para él. Entonces es clave preguntarse qué debemos cambiar, qué tenemos que dejar de hacer en la compañía para verdaderamente ser sexy para el cliente.

En tu conferencia haces una analogía con los obstáculos que tiene una empresa con los monstruos a vencer en los videojuegos ¿Cómo identificamos los monstruos de las empresas y cuáles son tus recetas para enfrentarlos?

Lo principal es el miedo. La forma de identificarlo es darte cuenta que esas cosas que suceden frecuentemente en la compañía. Por ejemplo, alguien aporta una idea y uno la rechaza; o de repente hay un problema y nadie le pone atención pasándose las responsabilidades. Hay diversos “monstruos” y para identificarlos hay que chequear la frecuencia y la repetitividad de algunas actitudes. ¿Cómo enfrentarlos? Bueno, tal como en un videojuego, hay monstruos a los que debes enfrentar y otros que debes evadir. Si vas a luchar con troll gigante y tú lo vas a enfrentar, te aplasta. Entonces, si tu negocio son las películas infantiles y vas a estrenar el mismo día que lo hace Pixar, lo más probable es que termines aplastado. Así vamos generando estrategias de acuerdo a las circunstancias. Hablando en términos de monstruos internos, tenemos que preguntarnos ¿qué herramientas podemos utilizar para cambiar esta mentalidad, este hábito, esta conducta? A veces los monstruos son parte de la genética de la marca y tienes que pensar en psicología humana. ¿Cómo hacemos para cambiar algo en una compañía? Cambiando el hábito.

¿Por qué los desafíos que nos proponemos terminan siendo extenuantes y no conseguimos porque quedamos a mitad de camino?

Está bien soñar en grande. Es muy bueno plantearse cosas que queremos lograr, pero el problema es no poner etapas intermedias porque la gente se cansa, se frustra. Tiene que haber sueños grandes en una compañía, pero cuando son muy grandes plantéalos en varias etapas y no lo hagas de forma lineal. Por ejemplo, entre el punto A y B hay diez a superar porque la gente está inmadura, porque no saben cómo manejarlo y tal vez entre la C y D es tan solo un paso. Entonces, hay que analizar bien claro el objetivo e identificar cuál de ellos hay que dividirlo en etapas. Los objetivos más importantes hay que festejarlos. Llegué a la letra D, “bueno me voy a festejar con mi equipo a hacer una cena”, a decir “hey, que bien que lo estamos haciendo”. Y lo importante es instaurar esas dinámicas.

Anibal Parera

No hagas negocios sin ella