American ExpressAmerican ExpressAmerican ExpressAmerican ExpressAmerican Express

Los escollos que frenan el salto de las Pymes al mundo digital

Pese a que los empresarios saben que la digitalización es el camino hacia el futuro para mejores negocios, son muy pocos los que se animan a incorporarla. Carlos Pinto, ejecutivo de Planexware, responde sobre la cuestión.

Los escollos que frenan el salto de las Pymes al mundo digital

Por Carlos Pinto*                   

Que la digitalización es el camino hacia el futuro, la eficiencia, la velocidad y la clave para hacer mejores negocios, no está en discusión. Todos los empresarios están convencidos “teóricamente” en ese postulado. Pero: ¿qué pasa con la adopción efectiva de tecnologías que migren sus procesos de negocio al mundo digital? Esta es la gran pregunta, porque se ve un desacople entre el convencimiento “en abstracto” de los hombres de negocios, directivos y ejecutivos intermedios de casi todas las organizaciones, acerca de la conveniencia de adoptar gradualmente, soluciones que transformen digitalmente sus procesos operativos y la realidad. 

Es difícil evaluar el grado de difusión, completitud e integración con los sistemas corporativos ERP de la compañía, que logran hoy soluciones digitales que manejen de forma totalmente diferente los procesos que desarrollan las empresas. Es fácil encontrar en las empresas de nuestro medio, Pymes y grandes organizaciones, soluciones parciales, desintegradas del ERP que remiten a intentos espasmódicos de avanzar con el tema. Esto es en el mejor de los casos.

La tendencia en Argentina

En la mayoría de las empresas argentinas, se nota casi cero avances, entiéndase bien, ausencia masiva de soluciones de este tipo. Cuando decimos, cambiar totalmente la manera de operar vía la digitalización, estamos dejando deliberadamente de lado, soluciones que si bien usan tecnologías modernas solo permiten hacer lo mismo que antes, más rápido. Muchas veces me ha pasado que al preguntar si tal o cual proceso estaba digitalizado, los ejecutivos responsables del mismo, me han contestado SI y al indagar un poco más detectamos que “la digitalización” era intercambiar mails que se guardaban en una carpeta específica.

Esta situación nos rememora la famosa anécdota automotriz: Si Henry Ford hubiera hecho un estudio de mercado, preguntando a los posibles compradores del producto a lanzar que querían. Hubieran respondido “un caballo más rápido”. También nos hace acordar, de la reflexión del gran Peter Drucker, que dijo "No hay nada tan inútil como hacer con gran eficiencia algo que no debería haberse hecho en absoluto".

Se trata de utilizar la tecnología informática y las poderosas redes de comunicación para cumplir los cometidos de los procesos de negocios, de una manera radicalmente distinta, osada, novedosa y altamente productiva entendiendo por tal a usar la mínima cantidad de recursos (incluyendo el tiempo) para cumplir la razón de ser, el objetivo final de un proceso de negocio.

Pero ¿por qué no están más difundidas estas prácticas en nuestro medio? A mi modo de ver y el de otros estudiosos del tema, las razones principales son tres, a saber:

  1. Barrera que impone la necesidad de inversión en el actual marco económico de la Argentina
  2. Falta de una visión estratégica de comprensión de las ventajas competitivas que se pueden lograr con la digitalización y la consabida “resistencia al cambio”
  3. Miedo a ganar intimidad con la contraparte de negocios

Muchos empresarios, sin revelarlo abiertamente perciben que una barrera a la digitalización, son las inversiones/costos asociados a la incorporación de equipamiento o hardware, software, comunicaciones confiables y los servicios profesionales necesarios para llevar a cabo las implementaciones necesarias. Este asunto es un escollo real, máxime considerando las estrecheces por la que están transitando los actores económicos argentinos en estos tiempos, en un marco de incremento incesante de costos y reducción de demanda provocada por la crisis económica.

La reflexión que cabe –desde mi punto de vista- me remite a una frase de nuestro quíntuple campeón del mundo de automovilismo, Juan Manuel Fangio: “Cuando veo a mis contrincantes parados en boxes, hundo mi pie en el acelerador para sacar más ventaja”.  Para nuestro caso, una posible interpretación sería la de hacer un esfuerzo adicional y extraordinario para que -pese a la crisis- sea posible el aprovechamiento del momento para sacar más ventaja. Usted sabrá cómo financiar una patriada como la que propongo.

Probablemente la falta de una visión estratégica, en parte, se puede deber a un desconocimiento cabal de la potencia de la reingeniería de ciertos procesos basada en la digitalización. También complica este entendimiento y la consecuente decisión de adopción, la oferta vaga y sectorial de ciertos prestadores de soluciones, muchas de las cuales solo atacan aspectos superficiales y no atacan el “hueso” del problema. Por último, las culturas imperantes en nuestras empresas no son las más proclives a tener la flexibilidad para adoptar cambios estructurales.

Es aquí donde aparece la resistencia al cambio, que pospone o cancela la posibilidad de adoptar la digitalización en su real magnitud, aunque más no sea, en algún proceso clave de la gestión empresaria. En mi experiencia la reingeniería digital sobre el proceso Procure to Pay (P2P) por ejemplo, genera importantísimas ventajas y ahorro de costos cuando se realiza su cabal implementación. Pareciera que estos casos de éxito alcanzarían por si solos para ser imitados…. Pero -lamentablemente- no es así.

El tercer escollo que visualizo –como he citado- es la desconfianza en mantener un vínculo más íntimo con la contraparte de negocios. En el proceso antes nombrado del P2P, los Proveedores no pueden ser tratados como agentes totalmente extraños a la organización donde los recaudos para evitar un remota e indeseable ventaja espuria del Proveedor son –a veces- más rigurosos que las acciones propias requeridas por el “core” del proceso. En la reingeniería de la digitalización, se debe trabajar con un concepto de confianza al cuadrado entre cliente y proveedor. Es lo que conocemos con “trabajo colaborativo”. Es obvio que existen mecanismos de control y datos a la vista, que permiten mantener el orden y la claridad y simultáneamente gozar de la agilidad que propone el esquema digitalizado. Este problema que cito, no solo es de los ejecutivos “chapados a la antigua”. Hay un cúmulo de jóvenes que no han hecho el “click” en este aspecto y ven a la contraparte como un extraño y hasta un enemigo y no como un socio estratégico del negocio.

* El autor es director Comercial Planexware.

No hagas negocios sin ella