Hoy más que nunca, la protección de los datos personales de los clientes es clave para construir relaciones de confianza y garantizar la continuidad de tu negocio. Con consumidores cada vez más conscientes y leyes en constante evolución, adoptar buenas prácticas de privacidad ya no es opcional: es una necesidad estratégica.
Según un informe global de la International Association of Privacy Professionals (IAPP), un 68% de las personas está preocupado por su privacidad online, y un 80% dejaría de comprarle a una empresa que haya sufrido una filtración de datos.
La información sensible va más allá del nombre y correo electrónico: incluye patrones de comportamiento, historial de compras, ubicación, datos de pago y cualquier información que permita identificar a una persona. Esta información, conocida como IPS (Información personal Sensible), debe manejarse con protocolos de seguridad robustos para evitar filtraciones.
Cuanta más información sensible almacenás, más atractiva se vuelve tu empresa para los ciberataques. Algunas recomendaciones:
Usá algoritmos avanzados de encriptación (como AES de 256 bits) para proteger la información tanto en tránsito como almacenada. Elegí plataformas que cuenten con bases descentralizadas y protocolos de seguridad reconocidos en la industria.
La transparencia es fundamental. Mostrá tus políticas de privacidad en forma clara y accesible. Avisá de inmediato si ocurre una brecha de seguridad y actualizá regularmente tus medidas de protección. Además:
Todo el personal debe comprender la importancia de la privacidad, especialmente en sectores como salud, finanzas o e-commerce. Algunas buenas prácticas son:
En un contexto sin regulaciones uniformes, las empresas deben tomar la delantera. Implementar prácticas sólidas de protección de datos no solo te ayuda a evitar sanciones: también es una inversión en la reputación de tu marca y en la fidelidad de tus clientes.
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