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Dan Price: la historia detrás del Tesla azul

Hípster, joven y con un sentido profundo de la equidad. La historia de un empresario que cree que la felicidad de uno es el bienestar de todos. Desde sus inicios hasta la actualidad, un jefe que aprendió a escuchar y tomar las medidas adecuadas.

Dan Price: la historia detrás del Tesla azul

“Todavía estoy en shock, ¿Cómo puedo siquiera empezar a dar las gracias?”, fue una de las reacciones que tuvo Dan Price al encontrarse con su auto favorito valuado en 70.000 dólares fuera de su trabajo. El efecto bumerang parecía golpear al joven Director General de Gravity Pyments, una empresa con sede en Seattle desde el 2004 que procesa pagos con tarjetas de crédito. Lo que hizo el joven empresario, si bien pareciera ser una estrategia altamente efectiva de gestión y mejora del clima laboral, no es común encontrarlas en manuales de gerencia ni mucho menos en la cultura estadounidense. La razón detrás del presente que le hicieron sus 120 empleados va más allá de su carismática sonrisa.

Nacido en el mes de mayo de 1984 y, como muchos niños estadounidenses, cursó sus estudios primarios y secundarios. A los 12 años tuvo su primer acercamiento a la gestión y administración a través de su actividad como manager para su propia banda de rock. Este acercamiento le valió para tener una noción acerca del trato con la gente, la importancia de los contactos, el manejo de dinero. Estas conductas emprendedoras y de iniciativa fueron alimentadas por el joven estudiante cuando fundó una pequeña consultoría mientras estudiaba en la preparatoria (cursos posteriores a los estudios secundarios y previos a los universitarios). Este emprendimiento le reportaba ganancias de más de 12 mil dólares anuales lo que le servirían para financiar sus estudios superiores. Finalmente, Dan Price obtiene en 2008 su licenciatura en música, comunicación y administración de empresas en la Universidad Pacific de Seattle.

Juventud emprendedora

La historia Gravity Payments halla su origen antes de su graduación cuando, apenas con 19 años y cursando su primer año de preparatoria, el joven y apasionado Price, solicita un préstamo familiar a su hermano Lucas. Sin embargo, su hermano menor no perdía el tiempo. Luego de titularse, los hermanos firmaron un contrato en el cual Dan se convertía en el socio mayoritario de la empresa que, para el 2008 se trataba de la procesadora de tarjetas más grandes del estado de Washington, con más de 15.000 clientes.

Fue en abril de 2015, cuando gran parte del mundo del management puso el ojo en este joven de 31 años con facha de hípster que había decidido, luego de que este hiciera el anuncio, de renunciar a su salario de CEO de más de 1 millón de dólares, para subir el salario mínimo de sus empleados a 70 mil dólares. Esto significaría que todos en la compañía, incluído Dan, pasarían a cobrar 50.000 dólares anuales en 2015 y esa cantidad se iría incrementando hasta los 70.000 en 2017. 

Casi dos semanas luego de realizar el anuncio, su hermano Lucas inició un proceso legal en su contra amparado en las diferencias contractuales derivadas del aumento. Para octubre de ese mismo año, los abogados intentaron negociar la compra de la parte de Lucas por un precio irrisorio que Dan rechazó, algo así como 20 millones de dólares. En julio de 2016 un juez de la Corte Superior del condado de King sentenció un fallo a favor de Dan Price, argumentando que éste no había incumplimiento de contrato, además de exonerarlo de tener que comprar la parte de su hermano por la cantidad que éste solicitaba.

La importancia de escuchar

Detrás de la actitud generosa de Dan, estuvo la sinceridad y autenticidad de Jason Haley, uno de sus empleados de confianza caracterizado por su timidez. Dan Price es etiquetado por sus empleados como un jefe que escucha y siempre está pendiente de sus empleados, sin embargo, un día su sistema de creencias se desplomó. Un día como cualquier otro, del año 2013, al notar que Haley no se encontraba en su mejor momento, durante un pequeño descanso, Dan se acercó y le preguntó qué le pasaba. El empleado enojado y frustrado argumentó que estaba molesto con el hecho de que su jefe -refiriéndose a Dan- cobrara tanto, mientras que él y otra gente cobrara cifras mucho menores. “Me estás sacando de quicio”, le dijo aquel empleado sumiso que siempre se mostró amigable con el empresario.

Este hecho hizo que Price se retirara un poco aturdido y confundido. Durante tres días se sintió “horrible”, según confesó en una entrevista, sintiéndose como “una víctima”. Dan, que desde que era un joven emprendedor se preocupaba por tratar bien a sus empleados y asegurarse de que estén bien, se encontró ante un dilema que iba en contra de lo que consideraba normal. Los años que prosiguieron, fueron para el empresario -ahora consciente- una carrera para aumentar el crecimiento de la empresa, logrando un 20% más. El insomnio se apoderó de él dos semanas antes de hacer el dramático y sorpresivo anuncio. Frente a sus 120 empleados y la presencia de las cadenas NBC News y The New York Times, anunció la noticia que lo convertirían en “el mejor jefe del mundo”. La noticia corrió en boca de todo el mundo, sobre todo en EE.UU, desde los foros presidenciales hasta los baños de los fast-foods.

Cuando menos, es más

Price reconoce que su vida no cambiará mucho con tal descenso de sus ingresos. No tiene grandes cargas financieras, conduce un auto de 12 años de antigüedad y practica snowboard, “Aunque soy un capitalista, no hay nada en el mercado que me esté obligando a hacerlo”, explicó el CEO, con respecto a su estilo de vida. La decisión de Dan en cuanto al monto ideal de salario fue basada en los estudios de Daniel Kahneman y Angus Deaton en el cual se dice que el salario perfecto para la felicidad ronda entre los 70 y 75 mil dólares anuales. “Creo en tener menos”, asegura Dan Price, “Cuanto más tienes, más complicada puede llegar a ser tu vida”, explicaba.

Sus empleados, enterados de los esfuerzos de Dan y la singularidad de su accionar, en gratitud por esta medida, han decidieron regalarle a Price el "coche de sus sueños": un Tesla Modelo S valorado en 70.000 dólares (justo la cifra a la que ascenderá el sueldo anual de cada trabajador en 2017). "Con esta cifra pueden alcanzar todos sus sueños", dijo Price en una entrevista concedida a Wall Street, en la que confesaba que cobraría lo mismo que el resto de su plantilla. Además, se dio cuenta que, en promedio, un CEO en Estados Unidos gana 354 veces más que el promedio de sus empleados.

  • “Una gran cultura no se genera accionando un interruptor”
  • “Lograr que tu equipo de trabajo sea sincero contigo, requerirá un gran esfuerzo de tu parte”
  • “Tenés que ser tan apasionado por tus valores, ponerlos primero que nada para que las personas confíen en vos”.

Anibal Parera

No hagas negocios sin ella