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Cómo ejercitar el pensamiento lateral para potenciar la gestión pyme

Las técnicas que proponen impulsar la creatividad a través de un modo de pensar alternativo se convirtieron en tendencia. Especialistas brindan consejos prácticos para implementarlo.

Cómo ejercitar el pensamiento lateral para potenciar la gestión pyme

Poner las neuronas en movimiento para generar nuevas soluciones a viejos problemas. Esa es la premisa con la que, cada vez con más frecuencia, las pymes deciden poner en práctica el pensamiento lateral, una técnica desarrollada en la década del ‘60 por el psicólogo maltés y profesor de la Universidad de Oxford Edward de Bono para poner la creatividad al servicio de la resolución de conflictos.

Cuando los modos de pensar y actuar siguen un patrón habitual de pensamiento, las soluciones también suelen ser siempre iguales. ¿Pero qué pasa cuando ese modo de resolver los problemas encorseta la gestión de la empresa? En esas ocasiones, aseguran los especialistas, esta modalidad de pensamiento puede salir al rescate. 

Consultores que trabajan con pymes que se fueron sumando a esta tendencia compartieron con Multitaskers distintas técnicas y ejercicios para ponerlo en práctica. 

Definiciones

Para empezar a incorporar el pensamiento lateral, primero, es necesario saber de qué se trata. Dante Ribulotta, coach ontológico y co-fundador de la consultora Liderarte, explica: “Si nuestra forma de pensar tradicional no logra resolver el problema que se presenta, es importante encontrar alternativas innovadoras,  ya que nos ahorran recursos importantes, como el tiempo y el dinero. El pensamiento lateral propone un plus y nos invita a romper con ese patrón rígido. Porque, como decía Albert Einstein, ‘no podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos’”.

Ese plus es, justamente, dejar de lado el pensamiento lineal -ese que “nuestro cerebro tiene como predeterminado”, plantea el consultor-, para encontrar soluciones alternativas a problemas que ya se volvieron conocidos.  

“El pensamiento lateral es algo que todos tenemos, sólo hace falta ponerlo en práctica para ampliar la visión y buscar caminos innovadores a los problemas de siempre. Por eso, trabajamos con pymes para ayudarlas a salir de los conflictos que suelen tener”, dice Alejandra Chichizola, de Pensamiento Lateral Consultores.

“En el caso específico de las pymes, muchas veces, las personas se dan cuenta de que necesitan un cambio pero no logran establecer un plan de acción para llevarlo a cabo. Esto genera frustración y, muchas veces, enojos internos”, coincide Ribulotta.

Una salida, entonces, es ejercitar el pensamiento lateral para que la creatividad facilite el camino a nuevas respuestas y, así, sumar nuevas ideas que potencien el pensamiento lógico. 

Neuronas a la obra

A la hora de empezar a incorporar estas nuevas técnicas, Chichizola recomienda, en primer lugar, “dejar de lado los prejuicios y el miedo al error”. “Todo error puede convertirse en una oportunidad. Un ejemplo claro es el caso de los post-it de la empresa 3M: lo que estaban buscando sus creadores era un pegamento súper fuerte, pero dieron con esta fórmula que era muy eficiente, pero sólo para pegar papel. En lugar de descartarlo, tuvieron una visión más amplia y lograron crear un producto que fue un éxito”, ejemplifica la especialista.

Otra técnica para que la creatividad surja es fomentarla a través de pequeñas acciones. “Se puede hacer a través de mapas mentales, técnicas de generación de ideas o brain storming. Pero lo más importante es animarnos a jugar y perder el miedo a equivocarnos. En el caso de las pymes, esto resulta muy difícil, ya que los riesgos son altos, pero vale la pena intentarlo”, dice Ribulotta. 

Además, algunos ejercicios prácticos también pueden ser el puntapié inicial del cambio. Por ejemplo, definir en 60 segundos las utilidades de una silla para demostrar que, alejarse del pensamiento lineal, puede inspirar nuevas ideas. “En ese caso, lo primero que surgirá es que sirve exclusivamente para sentarse. Pero, si nos animamos a ir más allá de lo obvio, podemos encontrar utilidades impensadas”, grafica Ribulotta.

"Lo más importante es animarnos a jugar y perder el miedo a equivocarnos. En el caso de las pymes, esto resulta muy difícil, ya que los riesgos son altos, pero vale la pena intentarlo."

En esa misma línea, Chichizola enfatiza la necesidad de trabajar en grupo para enfrentar los problemas, pero sumando nuevas perspectivas, por ejemplo, a través del juego de los sombreros. “Cuando hay que resolver un conflicto, cada integrante del grupo suele tener un rol determinado: está el que piensa, el que ejecuta, el que evalúa, el que coordina, el que aporta datos. Entonces, al ponerse distintos sombreros, cada persona se verá obligada a pensar con el color del sombrero que le toca para salir del rol que siempre tiene.  Es algo sencillo y práctico para aplicar en las reuniones de trabajo”, propone la consultora. 

“Otro ejercicio es desafiarnos a encontrar los opuestos, por ejemplo, buscar en 60 segundos para qué cosas no sirve un clip. Muchas veces, cuando pensamos en los ‘no’, nos abrimos al desafío de ampliar nuestra mirada y verificar si realmente estamos en lo cierto. En este juego, la mayoría de las personas se lleva la sorpresa de ver que lo que ellos creían imposible, se transforma en viable tan sólo con animarse a pensarlo”, suma el co-fundador de Liderarte.

Así las cosas, los especialistas coinciden en que no es necesario implementar todo a la vez, sino ir probando de a poco para que los buenos resultados impulsen la práctica. “Si tomamos a nuestro cerebro como un músculo, a medida que nos entrenemos, irán surgiendo cada vez más opciones. Es común que, al principio, quienes no tienen práctica, encuentren pocas posibilidades. Pero a no preocuparse por la cantidad y sí ocuparse de comenzar a entrenar”, aconseja Ribulotta.

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