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El teletrabajo, también posible en el entorno pyme

Cuando la presencia física de los trabajadores ya no es tan relevante, el teletrabajo puede ser una buena alternativa. Los expertos comentan cómo y cuándo es mejor implementar esta dinámica.

El teletrabajo, también posible en el entorno pyme

“Más allá de que no se utilizaba la terminología ‘teletrabajo’, hace muchos años que los vendedores en diferentes partes del país, que no siempre tienen la base de una oficina o sucursal en su zona, trabajan (realizando reuniones, entrevistas o presentaciones) en estaciones de servicio o cafés”, relata a Multitaskers Alicia Verna, directora de AV Consultores Pymes.

Esta práctica, sin embargo, en la actualidad se ha extendido significativamente, no solo en lo que respecta a los vendedores o fuerza comercial de una organización, sino también a otras áreas dentro de esta, producto de las tecnologías (como computadoras, smartphones o tabletas) que permiten un mayor grado de conexión entre el líder y el colaborador.

En este sentido, señala Julia Cacciapuoti, Organization & People Development Manager de GlobalLogic, esta es una modalidad de trabajo de la que “todas las áreas se benefician, excepto aquellas como Operaciones y, en algunos casos, IT, donde se necesita una presencia física de la persona cuando un cliente precisa hacer un movimiento”.

Menos personas dentro de las oficinas genera un ahorro en costos y beneficios para los colaboradores.

Ahora bien, antes de ahondar en las ventajas o desventajas que el teletrabajo puede implicar, es importante detenerse en el término en sí, ya que este es muchas veces erróneamente asociado con el trabajador independiente o freelance.

Con estas palabras lo define Martha Alles, consultora internacional en gestión por competencias y presidenta de Martha Alles Capital Humano: “El teletrabajo es trabajo, entendiendo por trabajo aquel que se hace para un empleador. Por lo tanto, no aplican las definiciones donde se incluye dentro de teletrabajo a los de tipo independiente. El segundo elemento que lo caracteriza es que es un trabajo a distancia y, el tercero, que utiliza las telecomunicaciones”. 

Al respecto, la especialista detalla que, “en primera instancia, hay que tener en cuenta que hacen falta, como mínimo, tres partes o actores: una organización dispuesta, un jefe que pueda supervisar teletrabajo y un teletrabajador”.

Ventajas y desventajas

De interactuar adecuadamente estas tres partes o actores, los especialistas consultados coinciden en delinear un mayor número de ventajas que de desventajas asociadas al teletrabajo.

Entre ellas pueden mencionarse, según puntualiza Verna, no solo importantes ahorros en los tiempos de traslado, incluyendo aquí las demoras por el tráfico y el desgaste de las personas que realizan estos recorridos, sino también la disminución de los costos fijos de la empresa, ya que, al tener un número más reducido de personal dentro de las oficinas, esta puede reducir el tamaño de ese espacio, con el correlato que ello supone en los costos de alquiler, expensas, electricidad, equipamiento y mantenimiento, entre otros.

Al mismo tiempo, destaca Cacciapuoti, el teletrabajo “permite poner foco y evitar distracciones que en la oficina suelen suceder”, una ventaja que puede también tornarse en un factor negativo, dependiendo de la persona que realice su labor fuera de la oficina.

“Hacerlo de forma constante o trabajar siempre de forma remota hace que se genere un poco de aislamiento. Por ejemplo, si hay gente remota en reuniones de equipo suele distorsionarse la dinámica y efectividad del encuentro. Además, para la gente que tiene familia, muchas veces genera más distracción, sobre todo si tiene hijos”, señala la especialista de GlobalLogic, al tiempo que añade: “Otro inconveniente de trabajar desde la casa es que muchas veces los empleados no saben poner el corte en la jornada laboral y terminan trabajando más horas de las correspondientes, algo que, a largo plazo, puede afectar a la productividad”.

Para Alles, de todos modos, estas desventajas pueden ser superadas por medio de distintas acciones. “Es recomendable, por ejemplo, alternar períodos de teletrabajo, sin asumir el teletrabajo como una modalidad permanente”, explica. Así, por caso, desde la empresa pueden organizarse las semanas de trabajo con esquemas de tres semanas en el hogar y una en las oficinas o de tres días en la casa y dos en la oficina.

La comunicación

Otro aspecto relevante del teletrabajo es el modo en que este es comunicado internamente a los equipos de trabajo dentro de las empresas.

Respecto de este tema, Verna afirma que sería conveniente hacerlo como un beneficio para el personal, brindándole la posibilidad de que pueda trabajar algunos días a la semana a través de esta modalidad. “Esto aportaría motivación al personal, pero debería ser acompañado de una capacitación sobre organización eficaz del tiempo, para que este empleado pueda aprender a manejar esta libertad y poder seguir generando los mismos resultados para la organización o, incluso, potenciarlos”, especifica.

Los límites de la extensión

Si bien esta modalidad laboral, como se dijo, se encuentra cada vez más extendida, esto no es igual en distintos tipos de empresa y son las multinacionales, en particular, las que más provecho sacan de ella.

“Desde GlobalLogic, como multinacional, lo practicamos. Se planteó como un beneficio y se comunicó por mail. Se implementa solo para quienes tienen una antigüedad mínima de seis meses y no aplica para juniors, porque entendemos que ellos precisan estar en la oficina”, describe Cacciapuoti respecto de lo que sucede en su empresa.

En las pymes, en cambio, la situación es distinta y muchas aun valoran al teletrabajo con una cuota de recelo o desconfianza. “En las pymes no está tan adoptada esta modalidad, en general, porque no se cuenta con la madurez a nivel procesos y organización para que el dueño confíe en que un empleado rinda de la misma manera dentro o fuera de la oficina. Esto se debe a que se utiliza el ‘control visual’ para saber qué hace cada persona en lugar de realizarlo a través de indicadores que midan su actividad”, señala la directora de AV Consultores Pymes, quien, a su vez, afirma: “Está siendo más fácil su adopción con los emprendedores a través de la tercerización de servicios en diferentes proveedores, en lugar de incorporar todas estas funciones dentro del emprendimiento. Esto se debe a la falta de presupuesto para hacer frente a una gran estructura, lo cual ‘obliga’ a buscar otras modalidades de trabajo”.

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