Afianzan vínculos, generan una experiencia emocional, imparten valores y, en definitiva, son la mejor forma de agradecer el esfuerzo de un año de trabajo. Las bondades de las fiestas de fin de año son ampliamente conocidas, aunque para lograr su objetivo nada debe quedar librado al azar. Las firmas más grandes suelen hacer eventos masivos con shows musicales incluidos; aunque, en un año de transición como 2017, muchas más se inclinan por programas de menor envergadura, como almuerzos y cenas de cierre del año, aunque no menos intensos ni efectivos.
La planificación es clave para lograr una fiesta de fin de año inolvidable. El primer paso es analizar la situación actual de la empresa, quiénes asistirán y los objetivos del encuentro. Entender como está el clima interno, analizar las novedades recientes de la empresa y la proyección para 2018 será esencial para no exagerar en las pretensiones del encuentro. El consejo de los especialistas es que debe haber una congruencia entre el estado de la compañía y la dimensión de la fiesta.
Escuchar e identificar a quienes asistirán al encuentro es el segundo plazo. En El Querandí, uno de los ‘bares notables’ de la Ciudad, por ejemplo, ofrecen más de 30 variedades entre entradas, platos principales y postres; que suelen acomodarse al target que irá a la cena; además del clásico show de tango. Allí recomiendan platos autóctonos cuando participen extranjeros y ofrecen otras opciones cuando el objetivo es divertirse entre locales.
Quiénes asistirán también definirá el lugar y, en especial, su nivel de formalidad. En eventos, la tendencia es que se realicen livings sectoriales, los catering con finger food y las barras de tragos; en vez de las clásicas cenas con mesas fijas. El tipo de comida también variará en función del perfil y los valores que se quieran transmitir. En este sentido, Restorando ofrece un sinfín de opciones con beneficios, desde restaurantes formales y de alta gama hasta más ‘descontracturados’. La clave, además de elegir el lugar, es reservar con tiempo y evitar hacerlo a último momento. Al menos, es recomendable avisar a los empleados con tres semanas de anticipación.
Valores y tendencias
Los expertos aconsejan apelar a la creatividad para realizar un excelente festejo con un costo razonable. Para 2017, los precios se incrementaron un poco por debajo de la inflación -entre 18% y 22%, aproximadamente, según el lugar- con costos por comensal de entre $ 800 y $ 2.500. Algunas empresas, por ejemplo, elijen realizar un almuerzo en vez de una cena -lo que resulta más conveniente- y dejar el brindis para la oficina. Otras, combinan el encuentro con una charla motivacional de alguna personalidad conocida.
La higiene y seguridad es otro punto esencial para evitar malos tragos. También hay que considerar cuestiones prácticas como el alquiler de un grupo electrógeno, clave en tiempos de calor. Pensar en un ‘Plan B’ y tener una estructura preparada para resolver imprevistos son otros puntos recomendados. Si la celebración se realizará en la oficina hay que darle importancia a que se mantenga la cadena de frío de los alimentos.
En cuanto a tendencias, este año es más evidente la tendencia a que varias Pymes organicen los brindis en conjunto. También se imponen los eventos sustentables, en los que se utilizan luces Led y se recicla lo utilizado. También la tecnología se hace evidente, con el uso de etiquetas en redes sociales o pantallas en vivo con video de drones.
Organizar una fiesta de fin de año inolvidable requiere más de creatividad y esfuerzo que de dinero. Y los beneficios son duraderos. ¿Qué hará tu empresa este año?
