Se vende una promesa. La inflan para buscar financiación. Entran en carrera, pero no tienen todavía testeado el producto. Cuando obtienen el dinero, tienen que desarrollarlo y si no satisface las altas expectativas previstas, entran en el “valle de la muerte” donde, sin más remedio, mueren y se esfuman. En busca de evitar la pérdida de buenas ideas con impacto social (que realizan aportes significativos a la sociedad), las denominadas ‘builder company’ deciden contribuir en estas micropymes para que, además de generar ingresos para los accionistas, estén basados en la sustentabilidad, donde no solo importan los fines sino también los medios. Estas propuestas de valor diferente, que hace repensar la manera en que se hacen negocios, dan origen a las empresas ‘cebras’, compañías que son valiosas dentro del ecosistema emprendedor, pero no alcanzan los US$ 1.000 millones (a diferencia de las ‘unicornio’).
“Las empresas ‘Cebras’ se enfocan en la propuesta de valor y en formar o transformar el ecosistema en el que participan de manera orgánica y sustentable. Este tipo de emprendimientos fomenta el pluralismo y la comunidad”, explica en su entrevista con Multitaskers, Santiago Lorenzo Tech & Digital Innovation Lead de venturebees. El concepto ‘cebra’ surge en Estados Unidos de la frustración de cuatro emprendedoras que no conseguían financiación para su proyecto. “La elección de la Cebra como animal fue ante todo porque es real, se mueven juntas en grupo, se cuidan entre ellas y sus individualismos potencian la manada”, amplía Lorenzo.
Las ‘Cebras’ emprendedoras
A la hora de distinguirla de las denominadas ‘unicornio’, el ejecutivo de venturebees, revela que, en primera medida, los principios son “los diferenciales primordiales”. “El éxito no es la venta de la empresa por miles de millones sino lograr una economía sustentable. Se fomenta la colaboración, incluso con quienes podrían considerarse competencia directa. Se prioriza el bien de la comunidad antes que las ganancias, se hace foco en las personas”, responde.
Las cifras del mundo del emprendedurismo no son las más alentadoras. Por ejemplo, uno de cada 10 emprendimientos logra posicionarse en un mercado competitivo y tan solo el 10% sobrevive los dos primeros años. A la hora de hablar de las causas por las cuales no se desarrollan, el Tech & Digital Innovation Lead sostiene que tiene mucho que ver con la metodología que es “el Santo Grial en lo que refiere a poder sobrellevar el ‘valle de la muerte’”.
Por otra parte, detalla que “no hay una fórmula mágica e infalible” y aclara que está demostrado que, si un emprendimiento se apoya en la metodología adecuada para el tipo de proyecto que está encarando, “tiene grandes posibilidades de crecer”. Los proyectos de base tecnológica, agrega, suelen apoyarse en metodologías Lean Startup, “pero eso solo no alcanza. Existen otras prácticas que complementan a la dinámica de iterar rápidamente”.
Sobre las características de esta clase de emprendimientos, Lorenzo revela que las Cebras están “en un estadío de descubrimiento, atrapadas entre 2 paradigmas tradicionales: las empresas con fines de lucro y las empresas sin fines de lucro”. Bajo esta línea, comparte que una empresa considerada Cebra, “podría valer más de 1.000 millones de dólares”, pero la diferencia reside en que “no es su meta”.
En la actualidad, agrega, lo más cercano que hay a empresas Cebras son las ONGs y las organizaciones horizontales o que tienden a esta modalidad. Pero esta clase de compañías no dependen solamente de cuánto ganan y cómo se desarrollan sino también las formas o maneras de trabajar. “No solo la sustentabilidad de un negocio de crecimiento magro define a las cebras, sino todo su camino, como toma sus decisiones y la responsabilidad y compromiso que asume con el ecosistema”, comparte al sitio.
El proceso de acompañar
Una vez conocidas las empresas ‘cebras’, llegó el momento de entender cómo es que las ‘builder company’ llegan, contribuyen y explotan esta clase de emprendedores. A la hora de explicar la manera de contactarse a las micropymes, desde venturebees afirman que, en la actualidad, están en un “modo exploratorio” y sostiene que su llegada a varias de estas se da “por servicios que da nuestra empresa madre, redbee, y por la red de contactos del equipo fundador, lo que nos permitió explorar una gran cantidad de opciones y variantes”. Para este año, ven la posibilidad de llevar este modelo de creación de valor también a las empresas, “sin descuidar la comunidad emprendedora”.
Una vez llegado a ellos, ¿qué tipo de aportes realizan? Lorenzo aclara que su propuesta depende del target. En el caso de los emprendedores, detalla, acompañan el proyecto “desde el punto de vista metodológico, estratégico, de diseño, marketing e implementación”. Por otra parte, para el caso de las empresas, ofrecen asociarse con ellos “para ayudarlos con metodología, agilidad y desde ya para aportar nuestro empuje”.
El valor monetario, no siempre es importante. El crecimiento sostenible de los proyectos con impacto social potenciará una nueva manera de emprender que renovarán las estadísticas negativas y marcarán verdadero camino productivo.
