Este libro se presenta como una tormenta que hay que atravesar para poder vislumbrar su final esperanzador. Martin Ford es un empresario del Silicon Valley que desarrolla softwares y comparte su conocimiento en la materia con los lectores para lanzar el augurio de que en pocas décadas los robots habrán reemplazado varios tipos de áreas laborales. La robotización, softwares y algoritmos se perfeccionarán lo suficiente como para hacer igual o mejor el trabajo de asistente jurídico o un oficinista.
El objetivo de los gobiernos será incidir favorablemente en la implementación de una renta universal que permita a los ciudadanos del mundo vivir para el ocio, la creatividad y la innovación. La evolución de la tecnología es inevitable, eso no representa un problema tanto como el acompañamiento moral y humanitario a la par de estos cambios. Las consecuencias de no prever este fenómeno, asegura Ford, será el desempleo masivo y una desigualdad recalcitrante donde habrá unos pocos que concentren el poder.
Sin duda se trata de un relato perturbador, con una visión teñida de gris, más no deja de ser una advertencia para las generaciones de hoy y las futuras en cuanto a las responsabilidades que deberán asumir en el mundo del futuro que hoy se lo ve venir.