En la actualidad, en cualquier tipo de organización, resulta casi indiscutido el rol del liderazgo y las habilidades que acercan a la persona hacia esta función, resultando un ‘plus’ muy importante para marcar la diferencia. Hoy, la pregunta no sólo es si se es o no un líder, sino qué tipo de líder uno es, ya que el liderazgo puede clasificarse en varias ramas según su naturaleza. Si bien hay condicionantes que son innatos, el liderazgo es accesible para todos, reconociendo su utilidad para nosotros y nuestro entorno y ejercitándolo a diario.
Empleados y directivos, jefes y jefas de hogar, artistas y personalidades ilustradas, todos son potenciales líderes. Cada vez surgen más disciplinas que se relacionan con el liderazgo, tales como el coaching, la PNL o el counseling, procurando acompañar los procesos de las personas a través de procesos, modalidades y paradigmas con los cuales percibir el mundo. En esta entrega, Multitaskers recoge testimonios de personalidades del campo con el fin de comenzar a poner en práctica diversas técnicas para invitar al líder interno que se haga presente.
Las cosas nos fueron otorgadas para algo, nuestros ojos para ver, la boca para hablar y las orejas no se quedan fuera de este precepto. Cuando Tony Buzan, referente de la educación y defensor de técnicas como los mapas mentales, dice que “escuchar a los demás te ofrece la posibilidad de tener una visión más objetiva y completa sobre los temas de tu interés”, quizás se está refiriendo a que existe un reflejo nuestro en el otro y que solo hay que escucharlo. El escritor de “La inteligencia del líder”, agrega con respecto a la escucha que brinda “una oportunidad de crear un ambiente de colaboración mutua en lugar de uno de conflicto”.
Oír y escuchar, son acciones que aparentemente no poseen diferencias, pero si presta atención a su concepto, quizás no sean tan iguales. Según la RAE, la acción de oír supone: “percibir con el oído los sonidos”, mientras que escuchar remite a: “prestar atención a lo que se oye. Dar oídos, atender a un aviso, consejo o sugerencia”. Como se demuestra, escuchar supone una actividad que conlleva participar activamente de la conversación. El escritor y coach John C. Maxwell, en su libro “Los Buenos Líderes hacen Buenas Preguntas”, invita a escuchar las historias y hacer preguntas a las personas “hasta que conozcamos sus vidas”, garantizando que “si lo hacemos, entenderemos sus esperanzas, sus aspiraciones y aquellos que les ha dañado”, concluyendo que de ser así, “Seremos capaces de ponernos en su lugar”.
EEs encantador que algunas empresas tengan campos de golf, gimnsasios y áreas de juegos pero no es necesario”, comienza diciendo Tal-Ben Shahar, psicólogo positivista que estudia la relación entre el éxito, el liderazgo y la felicidad en una entrevista dentro del Foro Mundial de Liderazgo 2015 de WOBI para Expok. “Lo más importante para el bienestar individual en una empresa es su jefe directo. Este es su predictor número uno para el bienestar, esa es la gran parte del control y la fuerza que los gerentes tienen sobre el bienestar de sus empleados” El psicólogo pone como ejemplo un gerente que es generoso, que es bueno con sus empleados, “es mucho más probable que dirija a un empleado felíz y eso es más importante que tener un gimansio o zonas de lujo”.
“Cada vez más líderes practican un estilo asertivo que evita la agresión”, sentenció Sergio Rullicki en una entrevista para Multitaskers. El especialista en comunicación no verbal, habla de los nuevos líderes, “encontramos firmeza, pero también amabilidad, serenidad y voluntad de ser útiles a los demás”. Por otro lado, Gonzalo Rossi, CEO de la consultora Whelecom, sostiene que “el desafío es conseguir ubicar a personas idóneas en las posiciones clave, proveer el feedback necesario para que esas personas desplieguen todo su potencial y reafirmar los comportamientos esperados con un sistema de reconocimiento claro y transparente”, en la nota De jefe a líder, un desafío para el empresario pyme.
Cuando se habla de lugar, puede no solo ser referido a un punto físico geográfico. Los roles también comprenden este tipo de alusión, tal como asegura el coautor de de “Emotional Intelligence 2.0”, Travis Bradberry, definiendo al líder responsable “como alguien que entiende su rol dentro de la organización, de esa forma se puede comprender el contagio que ellos crean, como líder tú pones el tono para toda la compañía”. A falta de esto, es posible que se pierda la noción del lugar que ocupamos en la organización, a lo que Bradberry advierte “creo que mucho líderes pierden de vista esto, ellos sienten que entran el síndrome de estar solos arriba y no quieren interactuar con la gente, pero ellos no entienden el grado en que la gente está viendo hacia ellos y responden en base al ejemplo que ellos dicen”.
El escritor y conferencista John C. Maxwell propone en su libro, antes de definir estrategias para salir de una situación difícil “debemos saber dónde estamos y adonde queremos llegar. Si hemos ayudado a nuestros colaboradores al definir una realidad y al mostrarles el marco global, nuestra siguiente tarea será ayudarles a identificar los pasos que hay que dar para llegar de un lugar a otro”.
Quizás sea adecuado comenzar estableciendo diferencias entre urgencia y prioridad, algo que John C. Maxwell define como: “lo que debe hacerse primero”, aclarando que “es responsabilidad de los líderes el mirar hacia delante, el tener la visión global y el tomar decisiones basadas en las prioridades de su equipo y de la organización”. El famoso autor de “7 hábitos de las personas altamente efectivas”, Daniel Goldman, reconoce a la urgencia como algo de lo que “se necesita una atención inmediata, «¡ahora!»” y explica que “las cosas urgentes actúan sobre nosotros. El timbre del teléfono es urgente. La mayoría de las personas no soportan ni siquiera el pensamiento de dejar que suene”.
A diferencia de este concepto se desarrolla la prioridad como forma efectiva de administrar los recursos como lo son el tiempo, dinero, capital humano, entre otros. Esta forma de administrar consiste en comenzar con lo primero, tal como menciona Goldman en su libro “mientras que el liderazgo decide qué es «lo primero», la administración le va asignando el primer lugar día tras día, momento a momento. La administración es disciplina puesta en práctica”.
Albert Einstein una vez dijo: “Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”. Reflexión que puede trasladarse fácilmente al preconcepto que limita el poder de elección de las personas. Miguel Terlizzi, director general de HuCap, empresa de inteligencia en capital humano, lo define como un “mecanismo automático que dispara nuestra mente hace que se dificulte la identificación de estar actuando bajo la influencias de preconceptos culturales”, a lo que agrega con énfasis en la nota sobre cómo afectan a la empresa, “es muy importante separar hechos de opiniones y no sacar conclusiones que se disparan en nuestra mente”.
Tal-Ben Shahar, en la entrevista antes referida, propone mirar al empleado y decir “¿para qué es buena ella? ¿Cuáles son sus talentos? Y una vez que lo tienes, dejar que el empleado exprese esos talentos”, explica el psicólogo. Mirar más allá de los preconceptos puede leerse como una manera de respeto hacia el otro. Una forma de trascender los preconceptos puede coincidir con lo que dice John Mattones, experto en talento y cultura empresarial en una entrevista de WOBI: “Casi tienes que ser algo que yo llamo discípulo, lo cual puede parecer contrario a la noción de liderazgo, porque lo asociamos más con dirigir, pero en realidad lo mejores líderes son líderes y seguidores al mismo tiempo”.
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