Todas las organizaciones tienen una cultura implícita, pero pocas saben aprovecharla a su favor. La cultura juega un papel determinante en la vida del ser humano y en el caso de las organizaciones ésta no es la excepción. Se trata de un aspecto que pocas veces se toma en cuenta y que puede convertirse en pieza clave para que una empresa afronte las dificultades con éxito.
De acuerdo con Idalberto Chiavenato, autor de “Comportamiento Organizacional”, este tipo de cultura se define como el “conjunto de hábitos y creencias establecido por medio de normas, valores, actitudes y expectativas compartidos por todos los miembros de la organización”, mismos que están conformados por normas informales y no escritas, además de que constituyen un refuerzo de la mentalidad predominante.
En este sentido, existen soluciones integrales que pueden derivar en el éxito de una organización, según Jac Fitz-Enz, padre del análisis estratégico de los recursos humanos, las siguientes ocho son las más relevantes:
Por si fuera poco, una encuesta realizada a trabajadores en 2014, demostró las características que debía tener “el lugar ideal para trabajar” cuyos aspectos no difieren mucho de los anteriormente presentados, tales como: Ambiente altamente colaborativo (57%), Acuerdos de trabajo flexible -como trabajo en casa y horarios flexibles- (54%), Exposición a tecnología de punta (44%), Cultura de innovación y creatividad en la que se desafíe al status quo (39%) y Equipos virtuales (37%), de acuerdo a Statista.
Lo que hace evidente que la cultura organizacional no es tan sólo un elemento aislado e implícito en las organizaciones sino una pieza clave que desarrollada correctamente puede asegurar el éxito presente y futuro de las empresas.
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