Oficiar entre una empresa y la imagen que quiere dar al mundo no es cuestión de garabatos. El deseo de una empresa por mostrarse impulsa una metralleta de variables donde diseño y psicología se fusionan. Omar Tiraboschi, profesional del diseño, la publicidad y la identidad de una marca introduce a los lectores de Multitaskers sobre la importancia que tiene el logo y el nombre en las empresas.
“Para mí, lo más importante que le da una empresa a una Pyme es el papel que tiene el logo. La gran empresa naturalmente lo tiene incorporado. Si uno tiene una Pyme tiene que entender que su logo se va a ir cargando de significado. El cliente va a reflejar en el logo mucho más que un producto o un servicio. Aunque el logo sea super vanguardista, eso debe reflejarse adentro. Hay una contradicción que no se terminó de incorporar”, introduce el publicista.
El lenguaje de los símbolos es cien veces más poderoso que las palabras. En ellos, las personas encuentran un espacio ideal para depositar sus emociones, convicciones, miedos y certidumbres. Por esto, librar al destino el proceso de elección de logo y nombre de la empresa puede llegar a convertirse en una maldición. El proceso de confección del logo y nombre de la empresa, además de tomarse en serio, debería obedecer, como mínimo, algunas nociones que describe el profesional y podrán ser adaptadas al rubro o sector de la empresa.
Para saber si el logotipo de nuestra empresa es el correcto, Tiraboschi se detiene a remarcar que la acción de encargar y evaluar son claves. Para evaluar, lo primero es definir cómo quiere ser vista la empresa: “Si yo no tengo claro cuál es la imagen que quiere ser vista, hay una brecha”, advierte el publicista. Las personas que están a cargo del proceso de creación de un logo tienen en claro que existen numerosas aplicaciones para uno. Si el interesado no realiza una lista de esas aplicaciones al diseñador, será difícil. Algunas aplicaciones pueden ser: página web, merchandising, bordados, cartelería o superficies en materiales. Asimismo, es preciso que el diseñador confeccione el logo teniendo en cuenta la competencia, de qué manera el logo va a interactuar con su ecosistema. “Un logo tiene que tener un balance objetivo/subjetivo”, menciona. La parte subjetiva tiene que ver con la estética, el gusto; y, la objetiva, con la técnica, las fórmulas estudiadas. “El diseñador debe observar el entorno de la empresa”, remarca el también asesor en comunicación e ilustrador.
El segundo paso es la evaluación del logo, que debe hacerse a partir de toda la información recolectada. “Quiere decir que el logo es coherente con la imagen que la empresa quiere mostrar”, asegura el conferencista y agrega que es importante “que el diseñador pruebe cómo queda el logo con las frases y elementos de la empresa”. Para llegar a eso, debe tomarse el tiempo necesario donde preparará un argumento contundente del concepto que será presentado ante quienes hicieron el encargo. “Los que hacemos comunicación visual tenemos que argumentar. La empresa debería contar con un tiempo para elegir entre los logos propuestos, para evitar tomar decisiones apresuradas”.
“El nombre de una empresa debe tener tres condiciones básicas, además del hecho de la coherencia: fácil de recordar, fácil de repetir y fácil de escribir en el buscador”, subraya Tiraboschi.
4 errores clásicos que cometen las empresas al elegir nombre o logos:
Para concluir, Omar Tiraboschi invita a los emprendedores a tomar en cuenta la importancia de la bajada. Se trata de una frase que aparece abajo del logo, por lo general, y define lo que la empresa hace u ofrece en ese momento. “Se trata de la oferta que la empresa tiene para dar. En la identidad de una empresa esto es muy importante”. El profesional describe que la bajada puede cambiarse con mayor frecuencia y menos costo que el nombre de una empresa.
Anibal A. Parera
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