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Audiolibro, un formato con potencial que busca ser escuchado

Es una alternativa concreta para combatir la merma de lectores de libros de papel. Cómo es el crecimiento en la Argentina, qué obstáculos deben superarse, quiénes lo consumen y cuáles son los géneros más elegidos.

Audiolibro, un formato con potencial que busca ser escuchado

Una tendencia a nivel mundial es el reflejo manifiesto de una crisis estructural que experimenta la industria editorial. Entre el 2014 y el 2017, la producción de libros en la Argentina se redujo en unos dos tercios, pasando de 129 millones a 51 millones, en el último año de dicho periodo. Esto no es más que un espejismo de lo que sucede en algunos países de Europa y los Estados Unidos. Países como Alemania y España, por ejemplo, han sufrido pérdidas significativas de lectores. En el primero, cerca de 6 millones de personas abandonaron el hábito de leer libro. Mientras tanto, durante el 2018, poco más del 40% de los españoles no ha leído un solo libro.

En este contexto, hay un formato que gana cada vez más adeptos en el mercado hispano: el audiolibro. Catalina Lucas, Directora de Estrategia Digital de Penguin Random House, explica: “Lo que muestran los mercados maduros como Estados Unidos o Inglaterra es que el audiolibro se incorpora al negocio editorial como un formato más, donde prima la coexistencia con el papel y el e-book”.

De acuerdo con la especialista, cada formato se adapta a un tipo de lector y situación de lectura diferente. “El audiolibro, por ejemplo, es ideal para lectores con poco tiempo que pueden aprovechar momentos como el viaje al trabajo, el gimnasio o la cocina para escuchar una historia”, sostiene Catalina. Además, agrega que los autores están muy involucrados en la producción de los audiolibros y algunos incluso graban la narración.

Crecimiento en Argentina

Mariano Schlatter, Director General de Mediatek SA, una productora de contenidos editoriales, asegura que “el formato ha crecido en el país, pero aún existen muchas librerías reacias a ofrecer correctamente el producto”.  En marzo, la empresa lanzará su aplicación propia, Audiona, con la cual el usuario podrá descargar desde el celular audiolibros o ir a una librería, comprar una tarjeta, escanear un código y bajárselo.

“Por un lado, el objetivo es facilitar el acceso a los lectores y hacer participar a las librerías del mercado del audiolibro. Por otro lado, incentivar a las editoriales a que produzcan y comercialicen estos formatos mediante la aplicación y las tarjetas en librerías”, destaca Schlatter. A su vez, Catalina Lucas resalta que Penguin Random House está apostando por la producción de títulos narrados con acento rioplatense. Actualmente, cuentan con audiolibros de más de 30 autores locales y los lanzamientos crecerán en el 2019.

Momento de obstáculos

Schlatter expresa que uno de los obstáculos a superar es que las editoriales no se deciden a volcar sus fondos a este nuevo formato. La comercialización a través de portales de descarga online deja bajos montos de rentabilidad y las editoriales no se deciden a invertir todavía. Además, enfatiza que “existen algunas empresas que realizan producciones caseras con muy baja calidad, algo que juega en contra al mercado del audiolibro en español”.

El director puntualiza que la inversión para producir este formato es elevada, pero abren canales alternativos al papel. “La traba para nosotros como productores de audiolibros es que las editoriales no comercializan ni establecen alianzas para la producción de libros con derechos. Considero que, si hubiera oferta de libros de autores contemporáneos, el mercado tendría un gran crecimiento”, sintetiza.

Quiénes leen y qué leen

Javier Celaya, un especialista en la materia, predice que, dentro de cinco a siete años, el 50% de las ventas digitales van a ser en este formato. El director de Bookwire y de la plataforma de audiolibros Storytel en los mercados en español, revela que tanto hombres como mujeres se inclinan por este formato en proporciones homólogas. A partir de estudios, pudo determinar que el gran cúmulo de consumidores tienen entre 35 y 54 años. Sin embargo, sugiere que hubo un incremento en el sector Millennials.

Respecto a los géneros más elegidos, Mariano Schlatter remarca que la ficción es lo que más atrae a la gente. “Géneros como terror y suspenso son de los más comercializados. También se consumen mucho los clásicos de la literatura y audiolibros infantiles”, agrega el director de Mediatek. Por su parte, Catalina Lucas entiende que funcionan muy bien los títulos de bussiness, economía, divulgación científica, superación personal y ficción comercial.

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