La búsqueda de bienestar físico emocional e intelectual es uno de los caminos que eligen cada vez más personas para alcanzar plenitud. El ritmo y la rutina de las ciudades suelen empujar a las personas a adquirir hábitos que terminan ocasionando consecuencias no deseadas. Un puñado de enfermedades se halla íntimamente relacionadas con el factor de stress o ‘burn out’ ocasionados por el trabajo en exceso, el sedentarismo y la mala alimentación.
Conforme avanzan estos obstáculos para la plenitud de las personas, también se desarrollan emprendimientos avocados a proponer alternativas que complementen y asistan a sus clientes a equilibrar su vida nuevamente. Estos emprendimientos que se cimientan bajo la premisa “Keep Calm”, invitando a cada vez más personas y emprendedores a replantear y relacionarse de una forma distinta con su tiempo libre.
“Matwork surge a partir de una observación”. Así describe Luis Lerena, el primer chispazo que dio lugar al emprendimiento dedicado a prestar servicios en pos del bienestar laboral y la reducción de stress en las oficias. Junto con Viviana Kello, socia y creadora de Matwork, pudieron profundizar en la problemática que se repetía, según la experiencia de Kello como capacitadora, en muchas de las empresas a las que brindaba su servicio. Luego de una búsqueda pudieron constatar que, lejos de ser una mera coicidencia, las empresas en USA y EU estaban pasando por las mismas viscitudes y ya había tomado cartas en el asunto. Sólo restaba introducir esta tendencia en el país.
La empresa que cuenta con casi 10 años en el mercado, cuenta con un portafolio de empresas que renuevan año a año su confianza, tales como Globant, Google, Amex y Dell, a las cuales sorprendió con servicios como: masaje en silla, camilla, yoga, stretching y gimnasia postural, nutrición y charlas relacionadas con la calidad de vida. “Estos programas incrementan la energía, la capacidad de concentración, la integración entre sus pares y son altamente motivantes potenciando así una actitud pro activa”, cuenta Luis Lerena, además de significar “una actividad que no interfiere con la dinámica laboral y su relación costo-beneficio, la cual es muy alta”. Al ser un negocio no convencional, como describe Lerena, representa una ventaja. Lo que no resulta tan ventajosos es que “a veces es difícil que las empresas comprendan que nuestros programas son una inversión y no un ‘costo’ ".
Los emprendedores Kello y Lerena mencionan uno de los programas impartidos por la fundación INICIA, llamado Empresas del Mañana, al cual reconocieron como “fundamental y valioso” para llevar adelante la empresa y una forma de aprender importantes aspectos que aplicaron al desarrollo de Matwork. Y así fue como, poco a poco, comenzaron a tener presencia en el interior del país: Córdoba, Tucumán, Mendoza, Mar del Plata, Chaco. El grado de participación de los empleados “es del 90 %”, menciona Lerena y aclara: “y no por falta de interesados, sino porque algunas veces reuniones imprevistas se lo impiden”. Uno de los éxitos palpables de Matwork es la continuidad alcanzada con 10 años de servicio ininterrumpido. “Ya estamos en la etapa en que las personas que han cambiado de empresa, nos recomiendan y nos llaman, por lo que el boca a boca está funcionando muy bien”, concluye Luis Lerena.
“Todos vivimos a mil, todo lo tenemos que hacer rápido, y nos olvidamos de disfrutar lo que hacemos”, dice Adriana Scarponi, emprendedora que supo desentrañar un nuevo método de acondicionamiento físico para no deportistas y así conducir a sus alumnos hacia la Vuelta a la Calma. “Así empecé a fusionar todos mis conocimientos y experiencias y armé un estilo de clase diferente”, menciona la emprendedora que, cansada de los trabajos de dependencia se animó en el 2010 a dar clases particulares, para luego apostar en 2013 por su emprendimiento que hoy es marca registrada. “Creía fuertemente en esta idea, en mi pasión por la actividad física y tenía el deseo de ayudar a muchas personas más”.
Scarponi, a medida que se adentraba en las clases particulares iba descifrando aquello que a sus clientes aquejaba más, “descubrí que el problema era que ‘no la disfrutaban’ sino que la padecían”. Las capacitaciones técnicas estaban, pero según confiesa el cerebro de la empresa a Multitaskers, “el desafío para mí no era elegir uno u otro ejercicio sino, cómo despertarles el gusto por la actividad física”. Se trataba finalmente de “romper el círculo vicioso que genera el sedentarismo y convertirlo, paulatinamente, en un círculo virtuoso que permita vivir mejor”. Como todas las actividades se realizan al aire libre, todo esto genera que “los días que por alguna razón no pueden tomar su clase, sienten la falta y cuando vienen nos comentan no sabes cómo extrañé”.
El uso de términos originales y metodologías pensadas para romper ciertas estructuras predominantes hicieron que Vuelta a la Calma se torne, ya no sólo una alternativa, sino en una forma de relacionarse con la actividad física y mental. “La actividad se adapta a cada uno y no a la inversa”, lo que le da un carácter flexible y abierto. El primero paso es importante, según Scarpino, y es escuchar, “porque todos tenemos diferentes gustos, necesidades y posibilidades de tiempo, económicas, etc.” Recién en ese momento, cuenta la emprendedora, “elegimos la opción que más se ajuste a cada persona: grupos reducidos, individual, ATP (‘Armá tu propio espacio’) y la modalidad online”. Vuelta a la Calma se suma a los emprendimientos que desafían los paradigmas impuestos y que promueve la integración de dos aspectos importantísimos, como lo es lo físico y lo mental.
“Diseñamos y fabricamos productos para simplificar los momentos al aire libre”, dice Facundo Moro, creador de Chilly Design. Y es que el origen de su emprendimiento comenzó, según cuenta a Multitaskers, “estudiando Diseño Industrial durante el 2010 armamos un taller junto a dos amigos”. Pareciera no haber mucha complejidad pero sí mucha filosofía de vida, como el Tranca Style Living, concepto acuñado por el emprendedor que se traduce como: vivir un poco más tranquilo. “Tomándonos un rato a la tarde para disfrutar del río y tomar unos mates, descubrimos una rutina que nos ayudaba a frenar un poco, valorar lo que estábamos haciendo y compartir un momento al aire libre”, algo que llevaron a ser uno de los pilares de la empresa.
Entre sus productos para el aire libre y la recreación se destacan las silletas plegables que se convierten en bolso y las mantas para el invierno con almohada incorporada. Todos los estilos se apegan a un estilo fresco y canchero que invitan a compartir momentos rodeados de grata compañía. “Creemos que en el descanso y el contacto con la naturaleza las personas se descubren y encuentran momentos para frenar, pensar y compartir”, asevera Facundo Moro y comenta que las ventas fueron un éxito, “llevamos vendidas casi 10.000 unidades, habiendo vendido en el último año más de 6.000”. Pero más allá de las ventas, dice Moro, “buscamos ser una empresa de triple impacto, creando valor social, ambiental y económico”.
Los productos de Chilly Design son pensados por los tres emprendedores, son originales y con una premisa de conciencia social detrás basada en alianzas estratégicas como la que lleva con la ONG Franciscana y Yo No Fui. “Creamos estas alianzas estratégicas, ya que en estos espacios se busca el crecimiento integral de las personas, acompañándolas en el aprendizaje del oficio de la costura, dándoles la posibilidad de tener un trabajo flexible que se adapte a su situación actual y buscando siempre el crecimiento de la familia como centro de la persona”. De esta forma, se deja entrever la principal ventaja, según los emprendedores, “la motivación de fusionar el trabajo con la conciencia social, dándole otro sentido al trabajo diario”.
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