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Negocios rurales, un campo de inversiones

A pesar de los altibajos entre campaña y campaña, el sector agropecuario mantiene su atractivo a la hora de proyectar negocios financieros. En Argentina, la actividad rural dinamiza la economía y, con alta eficiencia, es posible sortear los obstáculos climáticos y fiscales para aprovechar al máximo el potencial de los emprendimientos rurales.

Negocios rurales, un campo de inversiones

Cerca de cumplirse la mitad de 2018, el sector agropecuario comienza a sugerir signos de recuperación tras pasar la peor sequía de los últimos 50 años. Aún con millones de hectáreas bajo emergencia en las principales provincias agrícolas, las inversiones no se detienen y quienes analizan la evolución de los negocios rurales conservan su optimismo. De hecho, la agroindustria argentina representa un campo de inversiones preparado para recibir fondos de toda escala en una amplia gama de alternativas, desde la ganadería tradicional hasta el mundo fascinante y dinámico del agtech.

De acuerdo con la información que publica la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, el sector de los agronegocios (y particularmente las actividades dedicadas a producir proteínas animales, peces y emprendimientos forestales) tiene un potencial que supera los U$S 13.500 millones. Semejante empuje alcanza para seducir incluso a quienes jamás pisaron un campo y, aunque prefieren mantenerse tranqueras afuera de las operaciones del sector, desean dirigir sus inversiones hacia el sector que más mueve a la economía argentina.

“Sigue siendo un buen momento para invertir en el sector”, consideró Carlos Odriozola, director de la consultora Man Agro, dedicada a las inversiones agropecuarias. Para el consultor, esa idea se basa en el contexto particular que definen los mercados globales, la posibilidad de contar con previsiones más precisas y la especulación positiva respecto de una mejora en el valor de las propiedades rurales.

Según Odriozola, “la demanda mundial de commodities y proteínas animales se mantiene muy fuerte, aunque habrá que seguir atentamente la disputa Trump-China y, ante cualquier traspié por el lado de la oferta, los valores pueden fortalecerse”. También expresó que en Argentina “las reglas de juego han vuelto a ser claras y respetadas, lo cual permite tener un horizonte de previsibilidad a largo plazo que antes era impensado”. Por último, Odriozola sugirió que los campos recuperarían su valor frente a políticas económicas que reduzcan la inflación y las tasas.

 

El tiempo justo

¿Es un momento favorable para realizar este tipo de apuestas? Siguiendo al director de Man Agro, algunos factores particulares sugieren que sí: “Es una inversión dólar-linked respecto a los ingresos, con ciertos costos en pesos. Argentina mantiene sus históricas ventajas competitivas para la producción agrícola gracias a sus excelentes suelos, clima y management reconocidos mundialmente”. Como si esto fuera poco, señaló Odriozola, la tecnología logra avances cada vez más rápidamente, lo cual conduce a mayor productividad y estabilidad.

Sin embargo, también existen riesgos. “Las inversiones en el sector agropecuario son netamente productivas y conllevan el riesgo mismo de realizarse a cielo abierto”, dijo Odriozola. “Es por ello que también las tasas de retribución que se buscan son más altas que las de tinte simplemente financiero”, explicó el consultor. En este sentido, los activos financieros son una alternativa seductora para quienes desean colocar sus fondos durante un mayor o menor plazo, para obtener a cambio un retorno financiero con el menor riesgo posible. En esa línea, las obligaciones negociables son un instrumento similar a los plazos fijos: los fondos se colocan directamente en empresas, que de ese modo financian sus proyectos y reintegran el pago a sus acreedores según el interés convenido.

Por otra parte, por muy tradicionales que sean, las inversiones en agricultura y/o ganadería siguen estando a la cabeza de las preferencias del sector. En general se basan en fideicomisos, donde “los diferentes aportes se canalizan para desarrollar una producción que, una vez vendida, retribuye el capital invertido”, explicó Odriozola. Por su rentabilidad, los fideicomisos son una de las opciones más requeridas tanto para proyectos agrícolas (como pools de siembra) como ganaderos. En promedio, se requieren unos 10 mil dólares para entrar en estos negocios, que otorgan un retorno en el orden del 25 por ciento. Cuando se trata de inversiones agrícolas, las tasas se encuentran en torno al 15 y 20 % en dólares, al tiempo que oscilan entre un 6 y 10 % en los diferentes modelos ganaderos, según el riesgo implicado en cada producción.

 

En los mercados

En otro orden, el mercado de acciones es siempre una alternativa. No obstante, al adquirir parte del valor de una sociedad, los accionistas no pueden asegurarse un retorno fijo, la posible ganancia queda atada a la performance de la empresa. Las tierras son otro lugar seguro para invertir el capital. De acuerdo con la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), el índice de la actividad para febrero de 2018 fue 9,22 puntos más alto que en el mismo mes de 2017. “La inversión en tierras de uso agropecuario, en no pocos casos, sigue siendo más que nada una alternativa de refugio de capital y/o de diversificación de portfolios con una mirada largoplacista, de relativa iliquidez antes que una colocación en busca de renta a corto o mediano plazo”, explicó el presidente de CAIR, Javier Christensen, en su columna de Reporte Inmobiliario.

Por último, las empresas emergentes relacionadas con la tecnología agropecuaria y el mundo digital, también conocidas como “agtech start-ups”, comienzan a activarse en el país. Al apostar por uno de estos emprendimientos, además, los inversores se convierten en accionistas y usuarios de las tecnologías, creando también un portfolio de clientes y una experiencia de usuario que conduce a validar los productos o servicios en el mercado. En este caso, se trata de alternativas novedosas y con mucho camino por recorrer, pero también con grandes posibilidades para desarrollar buenos negocios e innovar en el sector agropecuario.

No hagas negocios sin ella