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Peluches, el negocio de la ternura

Los emprendedores ven en los llamados ‘juguetes blandos’ una oportunidad para desarrollar su costado lúdico y emocional. Mauricio Cox, empresario del rubro, comenta a Multitaskers sobre cómo comenzó y qué prefieren los consumidores argentinos.

Peluches, el negocio de la ternura

Desde que la alemana Margarete Steiff y el empresario ruso-norteamericano Morris Michtom, confeccionaron los primeros osos de peluches como juguetes para niños y de la mano de su popularización por parte del presidente de los Estados Unidos Theodore Roosvelt, los también llamados Soft Toys comenzaron a tomar diversas formas y convertirse en un regalo símbolo de ternura y vulnerabilidad.

En la actualidad, también en Argentina los peluches son un presente clásico que no pierde vigencia; y no sólo para niños, sino para enamorados y hasta personas hospitalizadas. Son tradiciones que para algunas Pymes se convierten en oportunidades de negocio. Una de ellas es Peluches Full, cuyo fundador, Mauricio Cox, dialoga con Multitaskers sobre los pormenores de este negocio, desde su diseño y confección y hasta la distribución.

En su mayoría, los fabricantes de juguetes apelan a los mayoristas para distribuir los juguetes en las tiendas especialistas, como de regalos o jugueterías. Otros cuentan con plataformas propias para comercialización y sistemas de envíos para la venta minorista. A eso apela Cox, que entiende que la modalidad preferente para sus clientes es la entrega a domicilio. Las ventas se extienden a todo el país mediante correo y en la Ciudad de Buenos Aires se hacen con una empresa de mensajería.

Uno de los materiales más comunes en la fabricación y comercialización de peluches es la fibra sintética de poliéster. Los encajes, ropa, botones y otros accesorios de decoración estarán entre las filas de materiales de acuerdo con el modelo de peluche. La utilización de moldes para ciertas series resulta una provechosa herramienta que, según los fabricantes ayuda a ganar tiempo en la realización de los peluches. En el caso de Cox, la oportunidad se dio de la mano de un proveedor de pantuflas: “En ese momento teniendo la oportunidad de conseguir precios de costo y al ver que no existía una gran competencia en el rubro decidimos empezar a vender cada vez más productos”, confiesa.

Espacio y motivos

Es un negocio estacional. Existen días festivos donde las ventas llegan a su máximo esplendor. Por su parte, los emprendedores que quieran aprovechar estas “lluvias” de prosperidad, deberán anticipar el stock y los motivos. Para el primero, es importante que los emprendimientos cuenten con el espacio físico adecuado para almacenar la cantidad necesaria de productos. En cuanto al motivo, ofrecer una extensa variedad de peluches, abre exponencialmente el abanico de clientes que se mostrarán interesados. Entre los motivos más comunes se pueden encontrar aquellos para las parejas enamoradas y los más infantiles, para lo más pequeños.

En palabras de Cox, los eventos “más fuertes en ventas” son en el Día del Niño, Navidad y San Valentín. En promedio, Peluches Full comercializa entre 300 y 400 peluches por mes. “Hay dos tipos de peluche más vendidos: aquellos que se encuentran en la categoría de ‘Enamorados’, en primer lugar, y, segundo, los ‘Gigantes’, animales de más de medio metro de largo.

Para concluir, Mauricio Cox, luego de ocho años de experiencia en el rubro, propone a los interesados en introducirse en este negocio “capacitarse” y, remarca enfáticamente, “tener a alguien que lleve correctamente la situación fiscal del emprendimiento”, para evitar sorpresas desagradables.

No hagas negocios sin ella