El comienzo de las clases ya es una realidad en casi todo el país y, como de costumbre, el tema de los útiles escolares vuelve a tomar cierto protagonismo en las casas de familia. La suba de precios suele ser novedad en las tapas de los diarios. Es que, haciendo una comparación con los inicios de 2017, la canasta escolar se incrementó un 23,7%, casi igual a la cifra de inflación anual del INDEC, según la Asociación de Consumidores Libres (ACL). Para la Cámara de Papelerías, Librerías y Afines, el incremento fue de 22%. En 2018, la canasta básica escolar ronda los $ 2.700, una cifra relevante si se tienen en cuenta que hay casi 10 millones de personas escolarizadas.

La suba de los precios, aunque no es novedad, repercute directamente en aquellas empresas que se dedican a la fabricación de estos productos y también en los negocios que lo venden al público. En 2017, el panorama no fue bueno: en los meses donde debió haber más consumo, las ventas cayeron un 5,8% en febrero y un 6 % en marzo, en forma interanual. El panorama para 2018 se estima que no variará mucho, aunque hay cierto optimismo entre fabricantes y comerciantes. Tal es el caso de Vanesa Castro, Gerente de Marketing de Staples, quien cree que habrá un “crecimiento del 22% respecto a la venta de la temporada pasada”.

El canal de venta

Históricamente, las librerías fueron y siguen siendo los lugares habituales donde las familias acuden para comprar los útiles escolares. Allí, se puede encontrar variedad y analizar en carne propia cuáles son aquellas marcan que convienen (en relación a costo/beneficio) y cuáles no. En estos últimos años, sin embargo, se ha instalado la tendencia en estos sitios de, ya por el mes de diciembre, armar los packs escolares con promociones, para aquellos que quieran anticiparse a las compras del año próximo a un precio más económico. Es una estrategia que han implementado las librerías más importantes de Buenos Aires, como es el caso de Loris, y les ha resultado.

Complementando lo anterior, desde BIC, la famosa empresa de bolígrafos comentan a Multitaskers que habitualmente “se busca ofrecerle al cliente una solución que supla varios momentos de uso de los productos, es decir se desarrollan acciones para ampliar la variedad de categorías de forma que el ‘sell out’ aumente en las diferentes categorías. Lo anterior, teniendo como gancho aquel producto que sea representativo en el mix”.

Por otro lado, gran parte de estas empresas, comercios y negocios se vieron obligados a buscar nuevas vías de comercialización con el público, como por ejemplo internet. Hoy se le da mucha importancia al tema de la presencia en las redes sociales y al hecho de tener una página web atractiva donde se le pueda facilitar las cosas al cliente.

Staples, la cadena norteamericana recientemente adquirida en Argentina por HC Corporation Argentina, lanzó dos propuestas llamativas en su Web para realizar las compras escolares. Una de ellas es una sección llamada ‘Colegios’, donde están precargadas las listas de útiles de diferentes escuelas, ordenadas por institución, barrio y grado; con el objetivo de que el asunto sea menos engorroso para los padres. En el caso de aquellas listas que no están subidas, se hace un 25% de descuento a aquellos que las envíen por mail. También existe otra sección denominada ‘Personajes’, lugar que permite localizar fácilmente todos los productos que habitualmente les gusta a los niños: mochilas de Boca o de River o bien carpetas de Spiderman.

Internet y mayoristas

Según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), la compra de productos de librería por Internet incrementó un 42% en 2017 respecto del año anterior. La cifra que se explica a partir de esta nueva generación de padres (Millennials) que buscan la comodidad y rapidez en todos los ámbitos de su vida y, que además, están más familiarizados con el tema de los e-commerce. Por otro lado, los mayoristas también se han transformado en nuevos actores de esta industria. Y al parecer, han llegado para quedarse y competir con las librerías tradicionales. Su gran ventaja con respecto a las anteriores es que, haciendo una compra considerable en uno de estos locales, se puede llegar a ahorrar hasta un 20% en comparación con los comercios minoristas.

Sandra González, presidente de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (Adecua), reveló en forma reciente que “cada vez más compradores se agrupan entre familiares o padres del colegio para ir a los mayoristas, que además cada vez hay más oferta de este tipo de comercios. En promedio, si hacen una compra inteligente se pueden ahorrar hasta un 40% contra las librerías convencionales”. El aspecto negativo quizás está en que en gran parte de estos lugares necesariamente hay que abonar en efectivo y además no cuentan con delivery, por lo que se puede dificultar el traslado. Pero lo cierto es que a partir de la situación del país y con el objetivo de cuidar los bolsillos, se han transformado en una gran alternativa. Por último, los supermercados, que buscarán competir con sus armas: tratando de ofrecer buenos precios en las góndolas, intentando sacar provecho a sus propias marcas y ofreciéndole al cliente distintas financiaciones al abonar con tarjetas de crédito.

Tres marcas que dominan

Staedtler: es una compañía alemana fundada en 1985 y reconocida a nivel mundial que se dedica a la fabricación de instrumentos de escritura y de dibujo profesional. Cuenta con 20 subsidiarias, 6 plantas de producción (3 en el área metropolitana de Nuremberg) y 21 filiales alrededor del mundo. Originalmente comenzaron haciendo lápices, pero luego expandieron la gama de artículos a marcadores, compases, gomas, reglas y lapiceros.

BIC: empresa francesa fundada el 25 de octubre de 1945 que se ha ganado su reconocimiento por hacer productos desechables de bajo costo, como por ejemplo máquinas de afeitar, encendedores y por supuesto bolígrafos; que fueron los que permitieron que la compañía se consagrara e instalara en la industria de la librería. También hacen marcadores, resaltadores, lápices y líquido correctores. De todos modos, sus últimos años no fueron buenos: en el informe anual de 2016, la compañía señaló que las ganancias netas cayeron en un 23,2%

Faber Castell: fue fundada en 1761 en Alemania, siendo en la actualidad una de las empresas con más años en el rubro. Desde su surgimiento hasta ahora, se dedicó a la fabricación de útiles escolares. Además, tiene una gran consciencia ambiental: en varias oportunidades han remarcado que sus productos son manufacturados, utilizando procesos y materiales ecológicos y ambientalmente sostenibles. Cuenta con 14 sedes de producción y 23 sedes de distribución en el mundo.  Es el mayor productor de lápices, tanto de grafito como de colores.  De hecho, fabrican 2000 millones de lápices de madera por año. Además, fabrican gomas de borrar, bolígrafo, acuarelas, plumas estilográficas, entre otros.