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Montessori House: la ‘casa de niños’ que busca expandir una pedagogía consciente

Fuente de educación de Mark Zuckerberg, Jeff Bezos o Gabriel García Márquez, entre otros, la Pedagogía Montessori se ha convertido en un camino educador ejemplar en el mundo. Martín Saaied y Adina Schonberg, creadores del emprendimiento, cuentan su experiencia.

Montessori House: la ‘casa de niños’ que busca expandir una pedagogía consciente

Ser padres. Tan solo bastó ese nuevo rol para que Martín Saaied y Adina Schonberg, papás de Daniel, Vera y León, decidieran crear una institución educativa basada en la Pedagogía desarrollada por la Dra. María Montessori. La búsqueda de nuevas formas de educar y enseñar, distintas a las tradicionales, incentivaron a la pareja a empezar un nuevo emprendimiento: “Investigando alternativas, conscientes del cambio necesario en la educación y la mirada acerca del lugar del niño en el mundo y la sociedad, descubrimos la Pedagogía Montessori que se transformó en un camino revelador para nuestras vidas, sin vuelta atrás”, explica Schonberg a Multitaskers, el sitio de American Express para Pymes.

¿De qué se trata esta metodología? Según su mirada, explica la fundadora, el mundo no está pensado ni diseñado para los niños, sino para los adultos; y por esto, los más pequeños deben “esperar” a ser grandes para comenzar a interactuar con el mundo que los rodea. Mientras tanto, son seres dependientes de adultos y se encuentran imposibilitados de llevar adelante infinidad de actividades cotidianas y básicas, debido a que en líneas generales el entorno no está preparado en la escala correcta de acuerdo con el tamaño y las necesidades de un niño.

Es, ante esta problemática, que surgen nuevos espacios generados por los propios Jardines Montessori (Ambientes) que están adaptados a los niños y donde todo está al alcance de ellos, fomentando la independencia y, por ende, la autonomía. “Por esta razón, los Ambientes Montessori para los niños de 3 a 5 años se llaman ‘Casa de niños’, nombre que da origen a Montessori House (Casa Montessori)”, amplía la fundadora.

Paso a paso

Iniciar un proyecto educativo (y con dicha metodología) no es poca cosa. Contar con los espacios adecuados y accesibles para el buen desarrollo educacional de los niños, fue uno de los puntos fundamentales para la pareja. Fue así como su marido Saaied, arquitecto, diseñó y reconstruyó un edificio de su propiedad para adaptarla a las necesidades de un Jardín de Infantes, y a los lineamientos edilicios que la Pedagogía Montessori requiere: “Son varios, entre ellos están los espacios amplios de 100 m2 por Ambiente, calculando 3m2 por niño (la escuela tradicional calcula 1m2 por niño), mucha iluminación natural, baños y cocina dentro de los Ambientes y del tamaño de los niños”, comparte la creadora.

Una vez terminada la obra, la pareja comenzó su emprendimiento que fue creciendo a pasos agigantados. El primer año contó con 35 familias y hoy, llega hasta un total de 63. Entre las razones principales que permitieron el crecimiento del instituto, Schonberg explica que el proyecto se afianzó porque el programa pedagógico Montessori es “sólido y está respaldado por un equipo de docentes preparado y formado en este enfoque educativo”. Ante la presencia de una sociedad que cuestiona las prácticas educativas tradicionales y busca respuestas en nuevos enfoques y propuestas, la fundadora explica que el Método Montessori “abarca y da respuesta a las necesidades de los padres a la vez que ofrece al niño un espacio interesante y nutrido de desafíos y experiencias que transforman el aprendizaje en un proceso gratificante y divertido”.

Este crecimiento, además, viene acompañado por múltiples actividades que incentivan y contagian al mundo Montessori. Por ejemplo, la creadora del jardín comparte que se ofrecen cursos de capacitación para docentes y personas interesadas en el desarrollo infantil. A su vez, también se realizan actividades abiertas al público en donde se trabajan temáticas de la crianza del niño desde el enfoque Montessori. Fuera del “horario escolar”, además, llevan a cabo talleres creativos con padres y niños en el verano, junto con la Municipalidad de Vicente López, y proponen colonia de verano e invierno “enmarcada en los lineamientos pedagógicos del Método”.

Niños y adultos emprendedores

Para emprender este proyecto educativo, Martín Saaied y Adina Schonberg pusieron en práctica las enseñanzas y los valores de la Pedagogía Montessori. Fue esa experiencia viva la que los incentivó a emprender y compartir lo aprehendido. Es por eso que, a la hora de describir su manera de emprender, la directora general del colegio cuenta que fue “poder compartir con otros lo que a nosotros nos cambió la vida y nos mostró un nuevo camino para acompañar a nuestros hijos”. Para crear y desarrollar un proyecto, agrega, hay que tener “convicción y amar aquello que se intenta conseguir y comunicar”.

A la hora de determinar que debe tener un emprendedor para ser relevante y competitivo, la educadora es clara y sostiene: “Debe poseer convicción y ambición. No bajar los brazos, estar en contacto con la actualidad. Capacitarse y formarse continuamente. Trabajar siempre para mejorar y optimizar la propuesta. Estar permeable a opiniones ajenas, ser autocrítico, conocer el entorno y al cliente y no tener miedo de equivocarse”.

Además de esto, existen los valores propios de la Pedagogía que también servirán a los mismos emprendedores y a cualquier empresa en general. Entre los destacados, la también terapeuta menciona a la honestidad, la humildad, el respeto al prójimo, la inclusión, la paciencia, la tolerancia, la perseverancia y la empatía. Todos ellos, aclara, se trabajan “concretamente dentro de los Ambientes Montessori apostando justamente a generar un cambio genuino en la sociedad”.

Así como los adultos, los niños también aprenden (y se convierten) en emprendedores. Desde muy temprana edad, la Pedagogía Montessori invita al niño a conocerse a sí mismo. “El niño aprende a tomar decisiones, simples al principio y más complejas a medida que va creciendo, desarrollando su independencia, su autonomía, y construyendo así una estructura emocional sólida que le dará seguridad y confianza para lograr aquello que se proponga”, cierra la directora.

Y es así como los niños, se convierten en emprendedores, y los emprendedores, en niños.

No hagas negocios sin ella