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QMax, la fábrica de electrónica argentina para energías renovables

La historia de la firma que produce baterías, inversores y otros componentes eléctricos para fuentes renovables de energía. Ya tiene 5.000 equipos funcionando, una red de 200 instaladores y ventas proyectadas por $ 40 millones para 2019.

QMax, la fábrica de electrónica argentina para energías renovables

Empezar a emprender de joven, con resultados desfavorables en un principio, podría haber sido un agravante suficiente para desistir al objetivo. Sin embargo, no lo fue para los socios que dieron vida a QMax. Juan Julio Corica, socio gerente de la compañía, todavía recuerda los primeros trece equipos que realizaron con mucho esfuerzo con una primera inversión y todos los ‘vericuetos del destino’ que tuvieron que atravesar con su equipo en una entrevista con Multitaskers, el sitio de American Express para las Pymes.

“Sacamos los primeros 13 equipos para probar en algunas casas de campo de conocidos y fallaron todos. Con el instrumental que teníamos era imposible encontrar la causa”, dice el empresario Pyme. Por lo tanto, el emprendimiento entró en pausa un tiempo hasta que su tío consiguió el dinero para comprar un osciloscopio e instrumental necesario para detectar por qué habían fallado las primeras unidades.

Al margen de la anécdota, QMax es un buen ejemplo para aquellos emprendedores que buscan empezar de cero, con amigos y en familia. Es en este contexto en el que surge la idea de volcarse a esta clase de productos. Julio cuenta que, para el año 2000, tenía tan sólo 19 años y se había ido a vivir al barrio de Floresta con su primo y hermano. Los tres hacían trabajos de desarrollo de software a medida para solventar la carrera de ingeniería.

En 2001, en el campo del tío de Julio, se dañó el inversor de corriente importado que funcionaba como un molino eólico. “Buscamos a alguien que lo pudiera reparar, pero no tuvimos suerte. Mejor dicho, tuvimos la suerte de no encontrar a nadie, sino no nos hubiéramos puesto a trabajar”, dice con sorna el gerente.

Al poco tiempo, se convencieron que podían fabricar ese tipo de productos. El hermano de Julio llamó a Pablo, un amigo de la facultad, para que se sume al proyecto. En un principio, mientras avanzaban con la idea, continuaban con los desarrollos de software. Esto les permitía mantener su independencia y financiar algunos gastos ligados al emprendimiento. Más tarde, Mauro, un amigo de toda la vida de Julio, se sumó también al emprendimiento.

 

Sacrificio, investigación y desarrollo

Julio entiende que la clave para el éxito fue el sacrificio. “Éramos muy jóvenes y no teníamos grandes necesidades económicas, lo cual nos permitió seguir intentando. Todas las horas de desarrollo se reflejaron en la confiabilidad del producto”, agrega. Por otro lado, asegura que la actualización tecnológica y el crecimiento de las energías renovables fueron las tendencias que los ayudaron a crecer.

Desde QMax entienden que el desafío es ser competitivos en los métodos de producción e innovadores en su tecnología. Para eso fue necesario armar un equipo robusto y sofisticado, justificando una inversión de unos US$ 20.000. Dedicados a la fabricación de electrónica de potencia para energías renovables, en la actualidad la compañía cuenta con más de 5.000 equipos funcionando, un total de 10MW de potencia instalada en la Argentina y países limítrofes.

La empresa factura más de $ 20 millones al año, con una red de 200 instaladores y una proyección de duplicar la facturación para el 2019. Julio reconoce que para ser competitivos con el “costo argentino” están obligados a invertir en investigación y desarrollo.

 

Sus claves para emprender

El gerente y socio de la compañía está seguro que una de las claves a la hora de emprender es “enfocarse en el producto”. Sostiene que, a medida que la empresa crece, es muy importante profesionalizarse y rodearse de gente capaz. “Muchas veces es un esfuerzo importante a nivel económico, pero se pueden pensar esquemas de participación. Es mejor tener el 10% de 100 y un equipo de gente acorde al momento de la empresa, que el 20% de 50 y sin recurso humano para crecer”, explica Julio.

Por otro lado, el emprendedor hizo hincapié en un concepto: perseverar. En este sentido, destacó que la perseverancia fue la que los hizo continuar intentando luego de que la primera serie de equipos fallara. También, puntualizó en otro momento delicado en el que el espíritu perseverante los hizo salir a flote. “Luego de más de diez años de trabajo duro, el cansancio empezó a pesar y generar tensiones. Nuevamente, decidimos seguir insistiendo, poner el foco en el cliente, traer nueva gente al equipo y, de esta manera, volvimos a encontrar el espíritu emprendedor que es lo que nos apasiona de este trabajo”, confiesa el empresario.

Por último, asevera que desde QMax valoran mucho el concepto de “honestidad” a la hora de hacer negocios. Julio dice que intentan que este concepto se plasme en la calidad de los componentes, las prestaciones, el servicio y la cercanía que establecen con os clientes. “A la larga, sabemos que eso tiene recompensa”, concluye el profesional.

No hagas negocios sin ella