La mayor parte de su vida, hasta que dijo “basta”, López se dedicó al mundo de las finanzas trabajando como contador para diferentes multinacionales como Coca Cola y Europ Assistance. No le iba para nada mal: tenía un buen ingreso económico y se manejaba dentro de un mundo corporativo de prestigio. Sin embargo, el ritmo de trabajo, con lo que todo eso conlleva, le terminó pasando factura. A partir de lo que él definió como un “estresazo”, los médicos le diagnosticaron celiaquía, hipotiroidismo y colesterol malo. Todo a la vez. Fue un golpe fuerte y un cambio de 360 grados en su vida. Su cuerpo había colapsado y era consciente de que no podía seguir así. Entonces, en 2013, lo primero que hizo a sus 42 años fue alejarse del mundo empresarial y de las finanzas, para darle inicio a una nueva etapa en su vida.

Además de lo laboral, se le sumó el problema de la comida, donde lo que más sufrió en un comienzo al enterase que era celíaco fue el no poder comer más tortas ni pastas, viniendo él de familia italiana. A partir de ese momento, a la hora de ir a cenar a un restaurant con amigos, asistir a un cumpleaños o viajar; tenía que tener en cuenta esto. Pero lejos de significar una traba, lo tomó como un desafío y se hizo cargo del problema.

Un estilo de vida que decantó en un proyecto

En esa búsqueda, no hallaba ningún elaborado que lo satisfaga como en su vieja época. Y de lo que estaba seguro era de que no se pasaría el resto de su vida comiendo galletas de arroz. Por eso, ¿qué mejor que convertirse en su propio cocinero y e innovar con nuevas recetas? Además, notaba que en la Argentina faltaban productos para celíacos que fueran frescos, atractivos y que tengan un gusto similar a las versiones con gluten. Así fue como emerge Gout Gluten Free, una pastelería artesanal con productos salados y dulces sin TACC, aptos para celíacos.

La palabra “Gout”, en francés significa gusto, paladar, placer; encajando perfecto con su idea. Para pasar a la acción compró un pequeño centro de producción en Parque Patricios y abrió una pastelería en la plaza Vicente López del barrio Recoleta. Hoy, en 2018, ya cuenta con cinco locales distribuidos por diferentes zonas y un menú muy variado integrado por cupcakes, tortas gigantes, minicakes, tarteletas, macarrons, alfajores, cookies y popcakes.

Exceptuando dos o tres cosas que son costosas, López afirma que se puede hacer casi todo lo que la gente come habitualmente. En total, elaboran cincuenta opciones dulces y saladas, y su misión pasa por romper con el concepto de que lo libre de gluten es feo y caro.

Sus recetas volcadas en un libro

El empresario considera que la harina en sí no es mala, pero que al estar genéticamente transformada termina generando un impacto negativo en nuestro cuerpo. Lo mismo con los lácteos, como la leche o la manteca. Por eso, en Gout trabajan con harinas libres de gluten que no están modificadas, como la de quinoa, almendra o mandioca; que no hinchan o retienen líquido.

Este año, fue reconocido por la revista Forbes como una de las treinta promesas emprendedoras de Argentina, acompañado con el lanzamiento de su libro: Gout Gluten Free, recetas para una vida libre de gluten, donde comparte 80 recetas – dulces y saladas – sin gluten para hacerlas en casa con pasos simples.

Aproximadamente, se estima que el 10% de la población tiene algún tipo de intolerancia al gluten pero sólo el 1% lo sabe. Además, la ley de celiaquía es muy difícil que se aplique por una cuestión básica de que se necesita tener una cocina aparte por la contaminación cruzada; lo que implicaría una inversión doble en infraestructura para los negocios gastronómicos.